Mi reseña :

Un nuevo enclave gastronómico en el viejo Palermo para los que gustan el bajo perfil, la tranquilidad , los vinos y los no prejuicios en la cocina. Reviro apuesta al formato ganador hoy: Platitos creativos para entretenerse, charlar y tomar algún vino de bodega boutique. Pequeño e intimo, de líneas minimalista ,el lugar es simple, tranquilo y la relación calidad-precio es buena.

Me tentaron  mas los platitos (que bien pueden funcionar como entrantes) que los  principales que son pocos. Elegi tres platitos: el tartar lomo sobre hojas de parra con sriracha, el escabeche de calamares y los agnolottis de cordero en caldo agripicanton .Correctos los tres. Resalto el escabeche, una preparación que no se suele ver mucho y estaba muy bien.   Suave,para nada agrio, el hummus  le quedaba fantástico . No obstante mi plato favorito resultaron los agonolottis como un relleno potente que combinaba muy bien con la sutileza del caldo.    

Por ultimo un cremoso de chocolate que cerro bien mi noche.

Buen lugar para los que buscan cocina de autor, lejos de las luces de los ya michelinados y sobre reservados restaurantes . Los precios son amables y el ambiente es idilico para  cenar en tranquilidad.